domingo, 14 de mayo de 2017

Vejez


Ver pasar los segundos
uno a uno sin contar
Consciente de que se pierden
Sin poderlos sujetar

Veo una niña llorando
Tras los ojos de una anciana
Las arrugas que surcan su piel
No estàn marcando su alma.

Sabe que es ya muy mayor
Que la vida se le acaba
Y a pesar de lo mucho que tiene
Siente que no tiene nada.

La mirada fija al horizonte
Y sé que està recordando
Momentos a veces dulces
y a veces amargos.
Aquellos compartidos
y los secretos guardados.

En cada uno de ellos
Se vé a sí misma
Sabiendose el resultado
de toda una vida.

A veces el atardecer de otoño
Es su fiel compañero
Me pregunto si pensarà
En otoños venideros.

MRH 1996

 ("Unos versos que escribí a los 15 años...)

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