Derroteros muros,
de la vida una constante,
dónde una y otra vez
volveràs a estrellarte.
Y cuando hayas caído,
tendrás que levantarte.
Aunque ya no tengas fuerzas.
Aunque ya no tengas ganas.
Y deberás sonreír
cómo sí nada pasara.
Deberás sonreír
aunque sólo queden lágrimas.
La función ha de continuar
Aunque no tenga sentido.
Dañar a otros por tu dolor
sería demasiado injusto.
En el teatro de la vida
Es necesaria la farsa
Has de actuar
La papeleta asignada.
Y de nuevo una hoja en blanco;
Reconfortante y fiel compañera
de las horas más oscuras,
de las horas más adversas.
MRH Marzo 2017
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